En el Midis, hace unos años, iniciamos un trabajo en un tema fundamental para el avance de la protección social con enfoque de derechos: una campaña por el NO al uso político de programas sociales.  

Este tema no es uno terriblemente original. Lamentablemente hay muchísima historia en América Latina de uso clientelar de programas sociales, uso que va desde su utilización para la movilización política hasta la compra de votos.

Este tema es extendido y peligroso. Por ejemplo, un estudio en Colombia demuestra que la tasa de cobertura de un programa de subsidios en municipios colombianos no se correlaciona con el nivel de pobreza del municipio pero sí se correlaciona positivamente con afiliación política. Los municipios históricamente leales en términos de votos a la coalición de un gobierno recibieron mucha mayor cobertura del programa que aquellos que no lo fueron. Cito este ejemplo por ser una investigación académica con rigor. Pero el fenómeno ni es exclusivo a la gestión de un solo presidente, ni menos a un solo país (1).  

Sabíamos entonces que el Perú no era ajeno a este riesgo permanente: el del mal servidor público que utiliza un programa con un objeto distinto al que fue creado, que es uno de inclusión o protección. Al hacer esto, el funcionario falta a la ética pública inherente a su función, y causa la erosión de la confianza ciudadana en los programas sociales, que acaban percibiéndose como fuente de corrupción y mal uso de recursos. Como consecuencia, se merma el apoyo ciudadano para los mismos (en lingo, afecta el contexto de economía política que rodea a siempre a estos programas), y, al inducir a un intercambio clientelar del bien público por un favor político, se atenta contra la dignidad de ciudadanos, a los que deja de tratarles como titulares de un derecho.

Con la experiencia de varios países –México, Colombia, Ecuador, por ejemplo – que iniciaron campañas públicas decididas para luchar contra el uso político de programas sociales, aquí en Perú hicimos lo mismo. Participó incluso quien entonces actuó como primera ministra y el propio Presidente, además de la Defensoría del Pueblo y organizaciones de la sociedad civil. Esta campaña buscaba recordar a los funcionarios –y recordarnos a todos los ciudadanos, en realidad, básicamente tres cosas:

1. Que los programas sociales son un derecho para quienes son legalmente elegibles. Los criterios para su elegibilidad están normados de modo claro y transparente. Los programas sociales no son “regalos” de ningún funcionario. No son dádivas. No existen para pagar favores políticos.

2. Que existe un compromiso ético, si no legal, de la función publica, que prohíbe el uso político o clientelar de los programas sociales

3. Que la ciudadanía debe estar vigilante, y denunciar el uso político o clientelar de los programas sociales. Estos son de todos y tienen que defenderse.

Traigo esto al recuerdo a raíz del reportaje que muestra a la actual ministra de Desarrollo e Inclusión Social haciendo un uso que se percibe como clientelar y político de los programas sociales.  

El reciente nombramiento de la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Fiorella Molinelli, fue extremadamente cuestionado. Es de conocimiento público que en su calidad de viceministra de Transportes ella firmó una adenda (al contrato del aeropuerto de Chinchero) contraria a los intereses nacionales (2). Esta adenda, que su propio ministro no firmó, acabó causando la salida de éste, quien además es nuestro vicepresidente de la República. Para mala suerte, esta adenda sólo beneficia a agentes privados muy cercanos al Poder Ejecutivo y, muy probablemente, hoy con el contrato cancelado, será esta adenda la que acabará poniendo millones de dólares del Estado en manos de la empresa Kuntur Wasi. Encuestas reportan que entre el 80% y el 90% considera que hubo corrupción en la firma de la adenda de Chinchero.  

La elección de un liderazgo para el Midis que evoca en la ciudadanía la percepción de corrupción y lobby claramente no ha sido una óptima, sino una que más bien refuerza la percepción de que se sigue usando el Estado para devolver favores o proteger a los amigos. Por eso, es incomprensible que justamente esta cuestionada cabeza de sector haya aparecido públicamente hablando de los “lindos” programas sociales que sirven para “ponernos en valor” (¿?), ofreciendo obras vecinales y “trabajar juntos” con una organización vecinal. No cualquier organización vecinal. Preciso, a esta organización vecinal se le está reclutando, en este mismo evento, para hacer de “portátil” de PPK (portátil= grupo que va a trasladarse de un lugar a otro en vehículos motorizados con el fin de que participen en diversas manifestaciones de adhesión y/o aplauso) en un evento público. Añada Ud. a la percepción de corrupción y lobby que hoy tiene la cabeza del sector, la de clientelismo y uso político de programas sociales. Not good. (2)

Más allá del penoso episodio de una ministra del Midis en este rol, este es un cuento con tres moralejas importantes:

Primera moraleja: Recuerda a los servidores públicos que ellos son meros administradores temporales de los recursos de los peruanos, y que transitan una delicada línea ética. Es evidente que, cada vez más, existen ciudadanos y ciudadanas alertas y dispuestos a exponerlos.

Segunda moraleja: La percepción (y basta la percepción) de corrupción y uso clientelar de programas sociales perjudica a la agenda de inclusión de nuestro país. Va en contra. La destruye. Todos tenemos el deber de hablar y denunciar para defender nuestro derecho a un sistema de protección social con enfoque de derechos, como política de Estado. Y ojo: Se nos vienen elecciones próximamente. Sería bueno que el Ejecutivo tuviese la postura tajante de que estas conductas no serán toleradas. Tienen una campaña del Midis-PCM-Defensoría como experiencia previa de la que bien haría el Ejecutivo en apropiarse.

Tercera moraleja, y estas son palabras dedicadas sobre todo a los jóvenes que consideran hacer de la gestión pública una carrera: Esta es una época triste en la que vemos a malos servidores públicos con sólo abrir el periódico. Vemos el abanico entero. Vemos a algunos que, en el mejor de los casos, nos muestran tan pasmosa ingenuidad que su inocencia es inverosímil. Vemos a otros con tan desmedida ansiedad de poder y reflectores que, incomprensiblemente, tiran por la borda la propia reputación y trayectoria y se queman como mariposa que aletea cercana a la luz, con igual inconciencia. Vemos otros casos en que no hay vuelta – buscan sólo hacerse de más dinero y de más poder, y allí está: la asociación mafiosa para enriquecerse que, en su cara elegante o no, es lo mismo. Y encima, estos funcionarios hasta parecen creerse que el Perú les necesita…!

No son épocas fáciles para creer en lo público. Sin embargo, nunca ha sido tan necesaria esa fe. A los jóvenes, la moraleja es que es importante mantener la fe en lo público y en sus ideales, incluso de cara al actual contexto –o mejor dicho, precisamente por el actual contexto–. Es importante recordar siempre que la agenda pública es una de servicio y de aporte a la construcción de institucionalidad para el desarrollo humano; y mas aún si van a trabajar en lo social. Esta no es la agenda del enriquecimiento que toma al Estado como base para hacer negocios o conseguir embajadas, o hacerse de contactos, o volverse famoso. La agenda de desarrollo de nuestro país requiere y merece no sólo de liderazgos altamente técnicos, sino de liderazgos inapelables desde un punto de vista ético, que añadan al proceso de construcción de institucionalidad y (por favor) que entiendan para qué están. Apunten a ser ese tipo de liderazgo. Demanden este tipo de liderazgo.

Notas:

(1) Sobre Adenda de contrato de Chinchero

http://blogs.gestion.pe/economia-aplicada/2017/05/la-adenda-de-chinchero.html

http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/cuestion-desconfianza-enzo-defilippi-143434

http://elcomercio.pe/economia/peru/chinchero-titular-ositran-voto-adenda-232767

(2) Ejemplo de la cobertura de prensa: http://diariocorreo.pe/politica/acusan-a-molinelli-de-ofrecer-beneficios-sociales-a-cambio-de-apoyar-a-ppk-video-766141/ . La Directora del Programa de Mejoramiento de Barrios que también acompañaba el evento de organización de la portátil, y también del partido de PPK, fue destituida días después del reportaje, por su presunta participación en un esquema de coimas.


(Foto: Andina)